El hervido es un plato clásico que refleja la esencia de una cocina sencilla y nutritiva. Consiste en una combinación de patatas, coliflor, zanahorias y judías verdes, cocidas hasta la perfección y luego sazonadas con aceite y sal. Este plato, aunque modesto en apariencia, tiene profundas raíces en la cocina casera y representa una forma de preparar alimentos que resalta sus sabores naturales.
Lo maravilloso del hervido es su capacidad para ofrecer una experiencia culinaria auténtica y saludable. Utiliza ingredientes básicos y accesibles que se transforman con una cocción cuidadosa en un plato reconfortante y delicioso. La combinación de patatas, que aportan una base sustanciosa y cremosa, con la frescura de la coliflor, la dulzura de las zanahorias y la textura crujiente de las judías verdes, crea una armonía de sabores y texturas que deleita los sentidos.
Aunque el hervido es excelente por sí solo, su versatilidad también lo convierte en un acompañamiento perfecto para otros platos. Desde servirlo como guarnición con pescado fresco o carne asada, hasta disfrutarlo como plato principal con la adición de conservas como caballa o sardinas, el hervido se adapta a diferentes ocasiones y paladares.
Para nosotros el el plato predilecto de los Lunes. Después de un fin de semana de abusos (sobretodo de carnes y grasas), es el plato de desintoxicación por excelencia. Simple verdura hervida, en su punto de cocción, acompañada de alguna conserva que le aporta proteína de alta calidad. No parece muy atractivo, pero una vez lo incluyes en la dieta lo echas de menos.
En una cacerola calentar agua, sal y la pastilla de caldo de verdura y añadir las judias troceadas, las patatas cortadas grandes y la zanahoria a rodajas.
Transcurridos 15 minutos añadir la coliflor y dejar 10 minutos más. Servir acompañado de una lata de conservas (sardinas, atún caballa).
También se le puede añadir col y, si se quiere hacer sopa por la noche, se pueden añadir dos cuartos de pollo, que desmenuzados y con unos fideos te salvan otra comida con el caldo que te ha dejado el hervido.