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Panna Cotta

La panna cotta es un postre italiano clásico que ha conquistado los corazones y paladares de amantes de la cocina en todo el mundo. Este exquisito manjar, cuyo nombre significa "nata cocida" en italiano, es una obra maestra de simplicidad y sabor, que combina la suavidad de la nata con la dulzura de la vainilla y la riqueza de la crema.

Lo fascinante de la panna cotta es su textura sedosa y su sabor delicado. La combinación de nata, azúcar y gelatina crea una base cremosa y suave que se deshace en la boca con cada cucharada. El toque de vainilla, que se puede intensificar con otras infusiones como café o frutas, añade un aroma exquisito que eleva este postre a la categoría de obra de arte culinaria.

Además, la panna cotta es un ejemplo perfecto de la elegancia de la cocina italiana. A pesar de su aparente simplicidad, este postre es una verdadera joya gastronómica que requiere precisión y cuidado en su preparación. Desde la elección de los ingredientes hasta la presentación final, cada paso es crucial para lograr la textura perfecta y el sabor inigualable que hacen de la panna cotta un verdadero placer para los sentidos. Otra característica distintiva de la panna cotta es su versatilidad. Se puede disfrutar sola, con un toque de fruta fresca o una salsa de caramelo, o como parte de una composición más elaborada en un postre. Su sencillez y elegancia la convierten en el final perfecto para cualquier comida, desde una cena romántica hasta una celebración festiva.

Método de cocción
Cocina
Porciones 6
Descripción

A veces no por mucho complicar una receta obtienes un mejor plato, y esta probablemente sea una de las mejores pruebas de ello. Leche, azúcar, gelatina y poco más para obtener un postre que gusta a todo el mundo, rápido y barato. 

Ingredientes
  • 500 ml Nata para montar
  • 300 ml Leche entera
  • 50 g Azúcar glass
  • 1 Vaina de vainilla (con esencia no queda igual)
  • 4 Hojas de gelatina
Instructions
  1. Infusionar la leche

    Poner la leche, la nata, las semillas de la vaina de vainilla y el azúcar en un cazo a hervir, y mover para que no se pegue.

  2. Hidratar la gelatina

    Poner las hojas de gelatina en remojo para que se hidraten.

  3. Terminar la leche

    Cuando la leche rompa a hervir incorporar la gelatina y mezclar. Verter el contenido en un recipiente grande para que se enfríe, pasándolo previamente por un colador.

  4. Añadir la vainilla y refrigerar

    Cuando comience a espesar incorporar las semillas de vainilla y verter en recipientes individuales. refrigerar durante unas horas.