La pizza es uno de los alimentos más populares y queridos en todo el mundo, y por una buena razón. Originaria de Italia, la pizza ha evolucionado para convertirse en una obra maestra culinaria que se adapta a una variedad infinita de gustos y preferencias. Desde sus raíces humildes en Nápoles hasta su expansión global, la pizza ha conquistado corazones y estómagos en cada rincón del planeta.
Lo fascinante de la pizza es su versatilidad. La combinación clásica de masa, salsa de tomate y queso mozarella es solo el comienzo. Las posibilidades son infinitas: desde pizzas con pepperoni y champiñones hasta pizzas gourmet con higos, prosciutto y rúcula. Cada región y cada cultura ha dejado su huella en este plato icónico.
Además, la pizza es una experiencia social. Compartir una pizza con amigos o familiares es mucho más que alimentarse; es una celebración de la vida y la camaradería. La pizza une a las personas alrededor de la mesa y ofrece momentos memorables llenos de risas y conversaciones.
Es bien conocido que la pizza es el plato favorito de gran parte de la población mundial, y no es para menos. Cada uno tiene sus gustos, y eso es lo más interesante de esta receta. Aquí os presentamos la nuestra (que ningún italiano se ofenda), con mucho tomate, York, queso havarti, atún, champiñónes y dátiles. Simple no es, pero cada bocado es una explosionarlas de sabores.
Poner todos los ingredientes en un bol, amasar, y dejar en un bol durante media hora.
Extender en la bandeja del horno y añadir por este orden: tomate frito, orégano, jamón york, atún en lata, champiñones en lata, queso havarti, tomate a rodajas, aceitunas rellenas de anchoa y los dátiles
Hornear 10 minutos a 190ºC.