La carrot cake o tarta de zanahoria tiene sus raíces en la Edad Media, cuando la zanahoria se utilizaba como sustituto del azúcar debido a su dulzura natural. Aunque se consumía principalmente en Europa, fue en Estados Unidos, durante la década de 1960, cuando la tarta alcanzó gran popularidad, especialmente dentro del movimiento por alimentos más saludables.
El éxito de esta tarta radica en su combinación de ingredientes: zanahorias, especias como la canela y el jengibre, y a menudo un delicioso glaseado de queso crema. A lo largo del tiempo, ha ido evolucionando con variantes como la adición de nueces, piña o incluso remolacha, adaptándose a diferentes gustos y dietas.
Además de su sabor único, la carrot cake es apreciada por sus beneficios nutricionales, ya que las zanahorias aportan betacaroteno, un antioxidante esencial para la salud ocular. Con su mezcla de historia, sabor y un toque saludable, sigue siendo un clásico que nunca pasa de moda.
Probablemente la mejor receta de tarta que hacemos en casa. Se diferencia de otras en la humedad que aporta la zanahoria, que hace que cada bocado, en combinación con el frosting y las nueces, sea una autentica delicia.
Picar las nueces a velocidad 7, 6 segundos. Reservar y eliminar el exceso de agua.
Picar las zanahorias 12 segundos a velocidad 6. Reservar.
Añadimos a la batidora azúcar y huevos y cocinamos 4 minutos, velocidad 5, 37ºC, potencia de calor 2.
Añadimos el aceite, la harina, el bicarbonato, el impulsor la canela y la pizca de sal. 45 segundos, velocidad 4.
Añadimos nueces y zanahoria y mezclamos manualmente con movimientos envolventes con la ayuda de una espátula.
Añadimos la masa en un molde de 23 cm y horneamos 45 minutos a 180ºC, comprobando con un palito que esté bien cocinado por el centro.
Añadimos a la batidora el azúcar glass tamizado y la mantequilla a temperatura ambiente. Mezclamos 4 minutos a velocidad 3.
Añadir el queso y mezclar 4 minutos más a velocidad 3.
Enfriamos al menos una hora antes de poner en la tarta
Sacar el bizcocho y cortar por la mitad. Rellenar el interior con frosting y decorar la parte superior con frosting y nueces enteras peladas
No tengas miedo y haz de más, ya que se puede congelar sin problemas una vez cocinada y cortada.